ROCK ROSE

ESTUDIO DE CASO

Hombre de 25 años, soltero. Después de un  accidente de coche traumático con su padre cuando tenía 15 años,  pero sin consecuencias, se ha negado a aprender a conducir, ya que el solo pensamiento le provocaba un miedo paralizante, que le devolvía a la vivencia del accidente. Sin embargo, por cuestiones de trabajo, tenía la obligación de sacarse el carnet, pero no sabí cómo superarlo.

Empieza a tomar Rock Rose por el terror que revive cada vez que piensa en tener que empezar a conducir, Star of Bethlehem por los efectos del shock que siguen manifestándose después de tantos años y Honeysuckle para ayudarle a dejar atrás el recuerdo del accidente.

Tras un par de semanas decide apuntarse al curso. Al aprobar el teórico un mes después empieza con las clases prácticas. Si bien seguía sintiendo miedo, ya no lo percibía como paralizante ni le hacía revivir la experiencia del accidente. Poco a poco le dejaron de sudar las manos al coger el volante y dice que, conforme pasaban las clases, se dio cuenta de que el miedo se había transformado en una experiencia más placentera. A pesar de haber suspendido los dos primeros intentos eso no le desanimó y consiguió aprobarlo al tercero. 

Alexandra Landgraf, BFRP

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