GENTIAN

ESTUDIO DE CASO


Mujer de 38 años de edad, casada. Lleva años expuesta a un ambiente de trabajo cada vez más competitivo, donde siempre siente que tiene que estar a la defensiva, porque los superiores le imponen nuevas metas imposibles de alcanzar, eso la desespera y desanima. Se siente deprimida porque, inclusive, piensa que quizás no sea lo suficientemente capaz como para lograr hacer todo lo que le piden. Cuando llega a casa sólo quiere que la dejen tranquila; no tiene la energía ni el ánimo como para convivir con su familia.

Empezó a tomar Gentian para ayudarla a salir de la espiral de desánimo que siente ante los contratiempos continuos que vive en la oficina, Elm para que la carga de trabajo y los problemas no la hagan sentir incapaz de manejarlos y Olive para el agotamiento psíquico y físico que representa el afrontar el día en la oficina.

Tras unos días empieza a recuperar la ilusión por las relaciones familiares y el peso negativo de su vida laboral va perdiendo intensidad. A pesar de que la carga de trabajo continúa, ha ido comprendiendo lo mucho que ella misma se presionaba, lo que le impedía asumir sus tareas con objetividad.
Tras unos meses nos indica que las relaciones en la oficina ha mejorado y que tampoco se desanima tan fácilmente.

Alexandra Landgraf, BFRP

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